Fitosanitarios y Fertilización Química en la Actividad Agraria.
Nadie puede negar hoy en día la importancia de los
agroquímicos, y cabe aseverar que la población mundial puede satisfacer sus
necesidades alimentarias gracias, en gran medida, a los mismos. A gran escala
es imposible plantearse una agricultura sin recurrir al empleo de plaguicidas y
fertilizantes, dado que se estima que en torno al 60% de la producción agrícola
mundial depende directamente de dichas sustancias.
En general, su peligrosidad es baja, no comparable con los plaguicidas. Los abonos químicos, por su naturaleza de sales, poseen como riesgo común la dermatosis que pueden generar si se manipulan sin guantes.
Los productos más peligrosos que deben de ser tenidos en cuenta a la hora des ser utilizados son:
Manejo, almacenamiento y exposición a fertilizantes y aditivos utilizables en la actividad agraria.
Los fertilizantes y aditivos agrícolas son productos que
dan a la tierra elementos nutritivos para conseguir un mejor desarrollo de las
plantas y de las cosechas. Los hay naturales y artificiales.
En general, su peligrosidad es baja, no comparable con los plaguicidas. Los abonos químicos, por su naturaleza de sales, poseen como riesgo común la dermatosis que pueden generar si se manipulan sin guantes.
Los productos más peligrosos que deben de ser tenidos en cuenta a la hora des ser utilizados son:
LOS NITRATOS
De los abonos de síntesis, los únicos con una peligrosidad
digna de tener en consideración son los nitratos. Por su composición química
son sustancias fuertemente oxidantes. Bajo una fuente de calor se descomponen
fácilmente, proporcionando el propio comburente de la reacción, que además es
exotérmica. Los gases calientes que se generan favorecen la propagación de la
reacción en el seno del abono y pueden a la vez inflamar elementos combustibles
presentes en el área de almacenamiento (cajas, pallets, lubricantes, etc). En
definitiva, una reacción en cadena.
De entre todos los nitratos, el nitrato amónico es el más
peligroso. En condiciones normales es inflamable e insensible a los choques.
Sin embargo, puede detonar cuando existen grandes masas. Y, en caso de
incendio, se puede provocar su explosión cuando coinciden altas presiones y
temperaturas elevadas (superiores a 450 ºC).
AMONIACO
De muy inferior difusión a los nitratos y menor
peligrosidad, el amoníaco es un gas irritante, por lo que es recomendable
adoptar unas precauciones mínimas en su manejo. Asimismo, para su distribución
se emplean depósitos a presión siendo necesario mantener todas las rutinas de
seguridad asociadas al empleo de recipientes a presión.
Asimismo, aunque las fugas al aire libre no pueden dar
lugar a explosiones, los procesos explosivos se pueden desencadenar asociados a
fugas en espacios cerrados.
FOSFORADOS.
En forma de polvos cristalizados. El Fosfato precipitado
bicalcico es extremadamente toxico.
Irritan la piel, las vías respiratorias y las mucosas.
POTASICOS.
Se presentan en forma de cristales.
Puede desprender gases tóxicos si se pone en contacto con
combustibles que favorecen su descomposición.
Es un abono corrosivo cuando se oxida y puede ser
irritante para la piel y las mucosas.
ABONOS NATURALES.
Se debe evitar que este cerca de pozos y cursos de agua
potable por las infiltraciones de lixiviados hacia las capas inferiores del
terreno.
El principal riesgo que presentan los abonos naturales es
la trasmisión de enfermedades por agentes infecciones presentes en ellos.
Manejo, almacenamiento y exposición a productos fitosanitarios.
Se puede definir a un producto fitosanitario o plaguicida
como una sustancia química, natural o de síntesis empleada para combatir un
elemento biológico que ejerza algún tipo de perjuicio sobre la actividad
productiva.
El plaguicida es, idealmente, una sustancia química pura
que se selecciona por su acción frente a determinados organismos. Dicha parte
del plaguicida comercial es lo que se denomina como materia activa.
Para definir la peligrosidad potencial de un plaguicida,
el elemento más relevante es la composición química del producto técnico, y en
segundo lugar, las características físicas de la formulación. Las más
habituales son las siguientes:
- · Formulaciones sólidas: cebos, gránulos, microencapsulado, polvo, polvo mojable, polvo soluble.
- · Formulaciones liquidas: Aerosol. Concentrado emulsionable, Concentrado flotable, Soluciones.
El riesgo de los plaguicidas estriba en el hecho de
tratarse de sustancias químicas, que, durante la actividad laboral del
agricultor, éste puede incorporar a su organismo. Al ser moléculas ajenas a las
del propio cuerpo, pueden desarrollar efectos indeseados en el mismo.
La toxicología es la ciencia que estudia como actúa una sustancia
tóxica en el organismo.
Aunque
los mecanismos de actuación son, con frecuencia, muy complejos, si existe un
principio y es que le nivel de riesgo depende directamente, de la tipología de
la sustancia, de la cantidad de la sustancia a la que se esté expuesto y de las
condiciones de la exposición.
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